SANCIÓN SOCIAL: LA MEDIDA QUE TEMEN EN LA ACADEMIA

Escuela de comunicacion social de univalle
En 2019 las paredes de la Escuela de Comunicación Social de Univalle se llenaron de mensajes como este, desatando ira dentro de los profesores

La Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle es un espacio donde se habla de ética profesional, de justicia social, feminismo y comunicación para la paz, entre otros tantos temas. Pero detrás de la imagen de prestigio, se esconde una realidad podrida: acosadores con décadas de impunidad, profesores protegiendo a sus colegas y una administración que mira hacia otro lado.

En este contexto, la única justicia posible es la sanción social.

DE PROFESORES A ESTUDIANTES: EL CICLO DEL ACOSO SE REPRODUCE

No es coincidencia que en esta misma escuela, estudiantes también sean acosadores. No se trata de casos aislados, sino de una estructura que normaliza el abuso y lo perpetúa. Carlos Rocha, condenado por acoso sexual, es la prueba de cómo este ambiente forma, acepta y potencia depredadores. Durante años, abusó de mujeres tanto en la Universidad Nacional como en Univalle – prueba de que no es solo la Escuela, sino todo el sistema-, y la respuesta institucional fue lenta y torpe. Solo cuando ya se iba a graduar y debido a la viralidad que tomó el caso, la sanción llegó. 

Tarde e insuficiente, pero llegó. 

¿Cuántos Carlos Rocha hay graduándose en este momento y debido a que sus abusos no han sido tan virales la Universidad no toma acciones?

No se necesita mucho análisis para ver el patrón: profesores que se creen intocables, estudiantes que aprenden de su impunidad y la violencia que sigue reproduciéndose en silencio.

NOMBRES Y RESPONSABILIDADES: LOS CÓMPLICES DEL ACOSO EN LA ESCUELA

El silencio y la pasividad también tienen responsables con nombre propio. En el caso de Carlos Patiño, hubo pruebas, testimonios y hasta un reconocimiento explícito del acoso. Sin embargo, el trámite en la universidad no avanza ni avanzará ¿Por qué? Porque dentro del claustro de profesores y las directivas de la universidad hay quienes prefieren protegerse entre ellos antes que actuar con la mínima decencia para con sus estudiantes. 

El caso de Patiño no es solo su culpa: es la de quienes callaron, defendieron y dilataron cualquier intento de justicia. Esos mismos profesores que enseñan sobre comunicación ética pero aplican un código de lealtad mafiosa cuando se trata de proteger a uno de los suyos.

En el caso de la Escuela De Comunicación Social, esta es la lista de nombres de profesores cómplices, que ante el reconocimiento del acoso de su colega, prefirieron hacer oídos sordos:

  • Alejandro Ulloa
  • Giovanna Carvajal
  • Lucho Hérnandez
  • Miguel Tejada
  • Alejandra Toro
  • Patricia Álzate
  • Mauricio Vergara
  • Manuel Silva
  • Kevin García
  • Oscar Campo

     

Para la problemática nacional, bastaría con adaptarla a cada Escuela y Universidad. Siempre hay una lista. Suelen ser profesores con casos de acoso pasados y profesoras cómplices con su silencio…

UNA ANOTACIÓN:

A las nuevas incorporaciones de profesores, que no están en esta lista y no estuvieron durante el caso, quizás les vendría bien conocer lo que han hecho sus cólegas. A lo mejor poseen mejor calidad humana que ellos.

ALTA CALIDAD, DOBLE MORAL: LA GRAN HIPOCRESÍA ACADÉMICA

Univalle se jacta de ser una universidad acreditada de alta calidad, pero ¿de qué sirve un sello en un diploma cuando la realidad interna es un lodazal de impunidad? En la Escuela de Comunicación se dictan materias de ética, de comunicación para la paz, de responsabilidad profesional. Pero a la hora de la verdad, cuando hay que aplicar lo que predican, se escudan en el papeleo y el formalismo para no hacer nada.

El prestigio de estos profesores se basa en una farsa. No son intocables, no son merecedores del respeto y veneración que exigen por sus titulos. Se sostienen sobre la indiferencia y el silencio.

LA SANCIÓN SOCIAL ES LA ÚNICA JUSTICIA QUE FUNCIONA

Cuando la universidad protege acosadores, cuando la justicia formal no actúa, lo único que queda es exponerlos. La sanción social es el único golpe que realmente les duele porque destruye la máscara con la que se presentan al mundo. Sin esa imagen de intelectuales progresistas, sin el respeto forzado de sus estudiantes, sin el prestigio académico que los blinda, son solo abusadores y cómplices.

Este no es un tema lejano. Es la realidad de la Escuela De Comunicación Social, de la misma Universidad del Valle y de las Instituciones Educativas en Colombia. Y lo que está en juego no es abstracto: son vidas. No podemos seguir permitiendo que los mismos nombres sigan acumulando víctimas con total impunidad.Que se sepa que son cómplices, encubridores y abusadores. No solo en Univalle, sino ojalá en todas las Universidades e Instituciones de Educación donde se presenten casos de acoso y abuso.